Todos los Bumangueses soñamos con una zona céntrica que sea cómoda para la movilidad vehicular, que mantenga sus calles limpias y que se pueda caminar con seguridad.
Y eso es lo que debe ser nuestro barrio El Centro, un espacio que integre la modernidad con la tradición.
La capital santandereana merece que esta estratégica área esté reverdecida y, sobre todo, que sirva para pasear con la familia, además de sus ofertas culturales y comerciales.
Mejor dicho: Necesitamos un barrio que sea de todos, tal y como reza el titular de esta página.
El equipo periodístico de Vanguardia recorrió esta zona, en el marco de nuestras visitas comunitarias. Y encontramos que este es un lugar envidiable, que debe tener un mayor cuidado.
En cada cuadra se respira historia. De hecho, en pleno corazón de la ciudad se encuentran las edificaciones que simbolizan el poder político, religioso y social. La Gobernación de Santander, la Alcaldía de Bucaramanga, la Parroquia de San Laureano, la Capilla de Los Dolores, el Palacio de Justicia, la Plaza Cívica Luis Carlos Galán Sarmiento, la Catedral de la Sagrada Familia y la Casa Luis Perú de la Croix son algunos de sus patrimonios inmobiliarios.
Este barrio, testigo del nacimiento de la ciudad y de su progreso, tiene un reconocimiento emblemático pues es el lugar vivo que, querámoslo o no, es nuestro cotidiano paso urbano.
‘BARRIOGRAFÍA’
Nombre: El Centro.
Delimitación: Abarca el cuadrante comprendido entre la Avenida Quebradaseca y la calle 45, entre las carreras 9 y 21.
Comuna a la que pertenece: Número 15.
Áreas vecinas: Alfonso López, Chorreras de Don Juan y parte de García Rovira.
Estrato: Comercial.
Población: Al menos aquí residen 4.902 habitantes.
Es importante precisar que esta es un área comercial y, por lo tanto, no tiene carácter residencial.
Entidades educativas: El Instituto Tecnológico Salesiano ‘Eloy Valenzuela’; la ‘Camacho Carreño’, que está en vía de reconstrucción; y el ‘Simón Bolívar’, entre otras instituciones.
Centro de acopio: Plaza de Mercado Central.
Sitios de interés: La Plaza Cívica Luis Carlos Galán,
Casa de Bolívar, Casa Luis Perú de la Croix, la Casa del Libro Total, El Monumento a los Fundadores, Hotel Bucarica-UIS, el Coliseo Peralta, el Centro Cultural del Oriente, el Teatro Santander, el Club del Comercio, la Casa de Bolívar y, en general, la zona histórica de la calle 37.
Paseos: Del Comercio, España y Comuneros.
Pasajes: Aurelio Martínez, Santander, Colón, Rosedal, Andino y Cadena.
Parques: Custodio García Rovira, Romero, Centenario, Santander, Bolívar y Antonia Santos Centro.
Centros oficiales: La Alcaldía de Bucaramanga y la Gobernación de Santander.
Puestos de seguridad: El Comando del Departamento de Policía Santander.
Centros asistenciales: La Cruz Roja, El Isabú y el Cuerpo de Bomberos.
Asilos: El Centro de Bienestar del Anciano, la Posada del Peregrino y el Asilo San Antonio.
Otros sitios: San Andresito Centro, San Bazar, La Isla, la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Colseguros, Omnicentro, Éxito Centro, Feghaly y Vanguardia, entre otros.
Parroquias: Catedral de la Sagrada Familia, San Laureano y la Capilla de los Dolores.
Organismos cívicos: La Junta de Acción Comunal y la Junta Administradora Local de la Comuna 15.
Principales problemas: La inseguridad, la congestión y la proliferación de ventas informales.
EL AYER
Evocamos el pasado de un barrio ‘añejo’. Es un lugar que tenía en sus calles una particularidad: Por el centro de sus vías empedradas pasaba una especie de quebradita, por donde corrían las aguas negras y lluvias del centro de la naciente Bucaramanga.
Una de esas vías era la hoy calle 37 y según los historiadores allí vivían las familias más pudientes.
Eran épocas en las que las calles tenían lámparas de arco voltaico, que iluminaban el paso de los vecinos. Esas vías, muy cerca al Palacio Municipal y a la Plaza, le dieron vida a un barrio que al final terminó adoptando el ‘apelativo’ de El Centro.
A comienzos de siglo, esas calles todavía recordaban las memorias coloniales. Hasta entonces las tejas de arcilla, la caña brava, el barro y la tapia pisada de las casas marcaban el último toque de la arquitectura. A esos predios y provenientes de lugares desaparecidos como Puerto Botijas o Puerto Santos, llegaban las mulas cargadas con mercancía para los almacenes.
También era la época del clásico acueducto de las tres B, (bobo, barril y burro), el cual se veía por todas partes y ponía cierta nota pintoresca en el paisaje. En el marco de la plaza principal del barrio funcionaban las chicherías o guaraperías La Socorrana y Las Delicias.
Aún se recuerda al Hotel Santander, con posada y potrero que se situaba en la calle 33, entre carreras 13 y 14, y que en realidad era algo parecido a una fonda colonial.
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